Desde que comenzó la crisis, el ahorro se ha convertido en
una máxima para gobierno, empresas y, cómo no, economías domésticas. ¿Cómo
conseguirlo?
Desde que comenzó la crisis, el ahorro se ha convertido en
una máxima para gobierno, empresas y, cómo no, economías domésticas. Afrontar
los gastos sin quedarnos a cero y mantener un colchoncito que pueda sacarnos de
un apuro si, por ejemplo, sube de nuevo la factura de la luz (y encender una
bombilla se convierta definitivamente en el equivalente a bañarnos en oro
líquido), es para muchos un completa odisea.
Hacía 14 años que la tasa de ahorro en los hogares no se
mostraba en negativo, según datos del INE, y alrededor del 70% de los
ciudadanos declara no disponer de dinero suficiente para poder ahorrar.
Situación, cuando menos, complicada.
Las vacaciones, las salidas nocturnas o la compra de ropa,
son algunos de los caprichos a los que al menos un 70% de los encuestados ha
renunciado
Sin embargo, según los datos del «I Estudio de comparación
online hacia el ahorro inteligente» elaborado por Rastreator.com, mientras para
un 34% es casi imposible, un 66% de los españoles son capaces de guardar algo
de dinero a fin de mes. La cuestión está clara: saber cuáles son sus trucos
para no quedarse a cero (cuando no en números rojos).
6 de cada 10 españoles consiguen ahorrar, ¿cómo?
Las vacaciones, las salidas nocturnas, las cenas en
restaurantes o la compra de ropa y complementos fuera de temporada de rebajas,
son algunos de los “caprichos” a los que al menos un 70% de los encuestados ha
renunciado para conseguir ahorrar algo a fin de mes.
La espectacular subida de los precios en la factura de la
luz, la gasolina y la alimentación, son, en gran medida, responsables de que se
haya reducido el consumo de otros bienes y servicios. Situación que, a largo
plazo, repercutirá en el sistema económico de manera negativa.
6 consejos para ahorrar en tu economía doméstica
Establece un presupuesto (con un objetivo a alcanzar): es
importante que tengas en cuenta tus gastos fijos mensuales para calcular una
meta de ahorro. Si no se te dan muy bien los números, hazte con una hoja de
cálculo para tener las cuentas al día. Así, podrás controlar las cantidades
(más o menos elevadas) que puedas guardar. ¡No te olvides de incluir un
porcentaje para gastos variables! De este modo, si te “sobra” para salir una
noche a cenar, te sentirás to
Evita las compras por impulso (casi nunca lo necesitas):
muchas veces nos compramos cosas por darnos un capricho bajo el lema “para algo
estoy trabajando”. El consumismo impulsivo es el peor enemigo del ahorro y puede
alterar tu presupuesto sin que te des cuenta. Si no te hace falta
inmediatamente, espera a final de mes e invierte parte de tus ahorros. Consejo:
deja la tarjeta de crédito a buen recaudo. Está para lo que está.
Compras online (de cosas que necesites): casi de la mano con
el anterior punto. Es cierto que en internet podemos encontrar ofertas
escandalosamente buenas de hasta el 75% o, por qué no, 90% en productos de todo
tipo. Eso sí, antes de hacer click sin medida, plantéate si verdaderamente lo necesitas:
cualquier gasto imprevisto no reflejado en tu presupuesto mensual afectará
directamente a tu capacidad de ahorro.
Ahorrar y aumentar nuestra riqueza
Carl Richards describe en el New York Times, como economista
experto en finanzas, algunos consejos para incrementar nuestra riqueza aunque
nuestro nivel de ingresos no varíe (para bien, se entiende).
Es un error pensar que hay que ahorrar lo que sobre
Richards explica que cuando habla de riqueza no se refiere
tanto la cantidad de dinero real sino a la posibilidad de “tener o no acceso a
mejores oportunidades financieras”.
En su opinión, el aumento de nuestra riqueza parte de la
necesidad de aumentar entre nuestras propiedades “todo aquello que se puede
reclamar como un activo”, desde una cuenta de ahorros, hasta un bien inmueble o
posibles inversiones.
4 ideas para incrementar nuestra riqueza
Casi el 6% de los españoles declara que no saben cómo
ahorrar ni empezar a hacerlo. Quizás algunas de las ideas “constructivas” de
Richards y compañeros, pueden resultarnos útiles:
Sigue a rajatabla tu presupuesto: la ayuda de un profesional
en la materia puede ayudarte para que no te pases por alto tu presupuesto mensual
(en el que, claro está, se contempla la cantidad monetaria a ahorrar).
Conserva tus ingresos extra: cierto es que la alternativa
que plantea Richards no es tan sencilla de conseguir. Habla de tratar de buscar
pequeños trabajos o proyectos con los que ganemos un dinero adicional y
procedamos a guardarlo... Habrá que valorar la cantidad de tiempo libre y el
acceso a alguno de estos minijobs que tenga cada individuo.
Combinar deudas y ahorro: aunque tengamos pagos pendientes,
mantener una parte de dinero “a salvo” es fundamental. Es decir, que no dejemos
de ahorrar algo de dinero porque tengamos que hacer frente a determinadas
deudas mensuales.
Invertir es ahora más sencillo: en su opinión “nunca ha
habido más opciones para empezar a invertir”. Los depósitos mínimos que se
solicitan para invertir en fondos de inversión son cada vez más asequibles a
casi cualquier bolsillo. Si estamos bien asesorados, podemos conseguir una
rentabilidad más alta de nuestros ahorros a medio y largo plazo.
Primero el ahorro y luego el gasto
Litvinoff aconseja descontar primero “al menos un 10% de los
ingresos y destinarlos directamente al ahorro” y, en segundo término, adaptar
nuestro presupuesto a los gastos que debamos afrontar para llegar a fin de
mes.
Una décima parte de los beneficios mensuales son una
cantidad algo elevada para las circunstancias que nos rodean. Como podemos ver
en el estudio sobre el “ahorro inteligente”, sólo el 12% de los españoles
ahorran más de 500 euros. Claro que, partiendo de la base de que el salario
mínimo está actualmente en 645,30 euros, casi lo increíble es este
porcentaje.
Pese a las circunstancias, un 96% de los españoles asegura
que, cuando acabe la crisis, seguirá ahorrando. Sin embargo, tras observar
algunos de los “trucos” de economías domésticas y expertos en economía, la
cuestión es: ¿de dónde más se puede recortar?
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